La rotura de los muros de contención en 2015 de una balsa de lodos en una mina de hierro en Brasil, arrojó al rio Doce un total de 43 millones de m3 de lodos destruyendo varias poblaciones cercanas y causando la muerte de 19 personas y alteraciones en el cauce del rio.

Tras este este grave accidente ambiental, considerado como uno de los mayores desastres mineros a nivel mundial, el investigador de CRETUS y Prof. del departamento de Edafología de la USC, Xosé L. Otero, junto con colegas del la universidad de Sao Paulo y de la Federal Fluminensis de Rio de Janeiro, analizaron la composición y evolución de los lodos vertidos en la desembocadura del río. Aunque en un principio la toxicidad química del lodo no parecía ser el principal problema ambiental, ya que el contenido de elementos como Cu, Ni , Pb, Zn y Cr, era baja, este estudio de seguimiento puso de manifestó que en 2 años el Mn incrementó su concentración 9 veces en la lámina de agua y en la biota (peces y plantas), desapareciendo de los suelos y sedimentos.

Aunque el Mn se considera un micronutriente importante para toda la flora y fauna, la concentración de Mn que se encuentra en las aguas del estuario excede drásticamente las concentraciones necesarias para la función biológica que conduce a la exposición crónica al Mn. Gracias a este estudio, se encontraron concentraciones elevadas de Mn en el hígado y los tejidos musculares de múltiples especies de peces que la población local consume regularmente. Este descubrimiento demuestra que el manganeso procedente de los vertidos de la mina puede tener un impacto en la salud humana a través de la contaminación del ecosistema a largo plazo. Además, otros animales y plantas que también son consumidos por la población local pueden acumular Mn, agravando el riesgo para la salud humana en la zona.

Artículo de interés: Manganese: The overlooked contaminant in the world largest mine tailings dam collapse

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